Las infecciones vaginales son un problema común en la consulta ginecológica. Debido a que son infecciones que se presentan 4 o más veces en un año y necesitan tratamiento largo y de mantenimiento.

La vaginitis es la inflamación de la vagina que se acompaña de síntomas como leucorrea (flujo vaginal), prurito(picazón), disuria (ardor al orinar), dispareunia (dolor en las relaciones sexuales).

La vagina es una cavidad natural que contiene numerosas bacterias como el lactobacillus, que producen ácido láctico que mantienen el pH vaginal en rangos ácidos, que permite tener un equilibrio en la vagina. Esta flora vaginal puede llegar a ser patógena en determinadas condiciones que alteran el ecosistema vaginal como:

• Edad avanzada
• Sistema inmunitario deteriorado
• Diabetes mellitus
• Fase lútea del ciclo menstrual
• Vida sexual activa
• Anticonceptivos orales
• Embarazo
• Cuerpo extraño
• Uso de antibióticos
• Productos de higiene intima

Las vaginitis se pueden clasificar en 2:

• Infecciosa: pueden ser de transmisión sexual o no,
• No infecciosas: pueden ser de etiología alérgica, irritativa, traumática y hormonal.

¿Cuál es el diagnóstico?

 Se basa en un buen interrogatorio y examen físico.

¿Qué debemos tener en cuenta?

Que existen causas fisiológicas y patológicas que pueden alcalinizar el pH vaginal y ocasionar infecciones vaginales a repetición:

• Fisiológicas: menstruación, ovulación, postcoital, menopausia, hipoestrogenismo, embarazo, infancia.
• Patológicas: tricomoniasis, vaginosis bacteriana, candidiasis, cuerpo extraño.

Si presentas este tipo de problemas, recomendamos puedas acudir a un especialista para que pueda brindarte el tratamiento adecuado.