Lo primero que hay que saber es que normal estar triste o sentir preocupación en estas circunstancias de pandemia, puesto que aumenta nuestra tensión y es casi imposible separar tanto física como psicológicamente los tres espacios que tenemos en nuestra vida: laboral, social y familiar.
Sin embargo, el estigma sobre la salud mental es muy grande. Por eso muchas personas no acuden al psiquiatra o psicólogo a pesar de sentirse mal emocionalmente, sufrir un trastorno de ansiedad o estar viviendo un episodio depresivo.
Es importante qué podamos reconocer los síntomas de la depresión de manera sencilla, tanto en nosotros mismos, como en quienes nos rodean.
Lo primero sería reconocer si las emociones que están viviendo son muy frecuentes o están de manera constante en su vida. Podemos empezar haciéndonos las siguientes preguntas:
¿Cómo te fue respondiendo estas preguntas? Es sano sentir tristeza, enfado, preocupación o miedo en algunos momentos de nuestra vida, pero si esto se convierte en la norma o cambiamos de forma drástica, tenemos motivos para visitar al médico.
Este es el momento en el que nos preguntarnos si son nuestros prejuicios los que evitan que busquemos ayuda para nosotros o para las personas que amamos.
La depresión es tratable
En tiempos difíciles, incluso podríamos estar pensando en que morir puede ser una solución. Nuestra mente esta “programada” por años de evolución para proteger nuestra existencia, por lo tanto, pensar lo contrario es un signo de alarma importante que se debe atender.
Puede que estos cambios sean transitorios, pero si están presentes durante un par de semanas, debería acudir al especialista para que reciba el tratamiento adecuado.
Explorar nuestros pensamientos y evaluar nuestras emociones es una forma de saber cómo estamos y tener síntomas de depresión no es motivo de vergüenza. La depresión es tratable y los médicos especialistas en salud mental están capacitados para brindarte la ayuda que necesitas.