Un tic se define como un movimiento involuntario estereotipado y repetitivo, que puede ocurrir, en el caso de este síndrome, de manera motora y/o vocal.
Hasta la fecha no se conoce la causa del síndrome de Tourette. Sin embargo, los estudios refieren que su aparición se explicaría como el resultado de la interacción entre múltiples genes, factores ambientales y una alteración en la neurotransmisión cerebral.
La inexistencia de pruebas laboratoriales e imagenológicas específicas hacen que la evaluación clínica especializada sea la única herramienta diagnóstica para este síndrome.
El diagnóstico se realiza determinando la presencia, en conjunto, de tics motores y vocales durante un promedio de un año de evolución, los cuales no se encuentran asociados a otra patología. El estudio clínico de la evolución de los síntomas y antecedentes permite realizar un correcto diagnóstico y un abordaje interdisciplinario adecuado.
El síndrome de tourette puede generar múltiples conflictos sociales en el paciente y, por tal motivo, es importante que la familia y los entornos cercanos participen en el tratamiento.
El manejo interdisciplinario basado en el tratamiento neuro psicofarmacológico y psicoterapéutico mejoran el curso y pronóstico de la enfermedad permitiendo que la persona pueda desarrollarse bien con su entorno personal y social.