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Respiremos, por los que no pueden

Por: Dr.
7 de Abril · 42 visitas
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El coronavirus apareció en Asia y la información de que se trataba de “una gripe más” corrió más rápido que la construcción de los hospitales que ayudaron a superar la crisis de ese lado del mundo, eso nos dio confianza.

Pero las noticias desde Europa llegaron de golpe a robarnos la claridad. En un abrir y cerrar de ojos el coronavirus ya estaba aquí. La información que nos llega ahora nos indica que esto es serio y que necesitamos actuar rápidamente, la incertidumbre aumenta y con ello la ansiedad crece.

Sin embargo, en el medio de la incertidumbre, estamos seguros que quedarse en casa ayuda a disminuir la velocidad de crecimiento de casos y mejora el manejo de la crisis, ya que permite que los infectados asintomáticos no contagien y que el virus termine su ciclo durante el aislamiento.

Ahora, quedarse en casa implica no salir trabajar, no ir a estudiar, no salir de compras, no ir al cine, no tener reuniones sociales, etc. Es decir, “hacer nada” y eso a los humanos nos cuesta. La ansiedad genera pensamientos catastróficos y con ello el pánico se instala.

Naturalmente, “uno quiere salir corriendo” y, como mecanismo para generar paz, nos convencemos de que no hay peligro ya que “es una gripe más” o “a mí no me va a dar”, “no pasa nada, están exagerando”. Pero casi todas esas frases nacen de la ansiedad. ¿Entonces, cómo podemos manejarla?

Lo cierto es que la ansiedad se baja más rápidamente practicando el silencio y aprovechando la oportunidad de no moverse, no hacer y no tener que actuar. El Coronavirus está poniendo a prueba no solo nuestro sistema de salud, sino nuestro estilo de vida y nuestra capacidad para detenernos y parar.

Para combatir esta pandemia, recomendamos hacer un alto, sentarse, cerrar los ojos y respirar profundo por unos minutos varias veces al día. Nos toca quedarnos en casa y respirar, mientras los médicos atienden y tratan de salvar a los que no pueden hacerlo.