Durante el primer embarazo es natural que tengas muchas dudas, asegúrate de aclararlas con tu médico tratante. Evita automedicarte o seguir información no confiable. 

Si sospechas que estás embarazada o acabas de enterarte por una prueba lo primero que debes hacer es acudir a una consulta médica con el especialista en gineco-obstetricia y comenzar así tus controles prenatales.

Primeros pasos

En esa primera cita, el especialista te explicará cómo llevar tu embarazo de la mejor manera, minimizando riesgos, previniendo y teniendo menor tasa de complicaciones durante el embarazo, parto y post parto (puerperio). También se hará el calendario de controles prenatales para los próximos nueve meses.

Al inicio es necesario realizar un buen cálculo de la edad gestacional ya sea mediante fecha de ultima regla o la primera ecografía. De esta manera se podrá identificar en qué momento del embarazo estás. Además, te solicitarán algunos exámenes de sangre y orina, en casos especiales es posible que requieras otras evaluaciones más exhaustivas.

Signos de alarma en un primer embarazo

Es importante que te eduques sobre los signos de alarma que puedes encontrar a través de todo el embarazo y tomarlos en cuenta para acudir por emergencia de ser necesario. Consulta a tu médico qué hacer en caso de sangrado o malestares.

También habrá otras especialidades médicas que te acompañarán durante el embarazo como es el caso de nutrición, odontología o endocrinología. Por ejemplo, un nutricionista te dará las indicaciones básicas sobre qué puedes consumir y qué no durante el embarazo, así como las vitaminas y suplementos que requieras según tu caso.

Es muy prudente que no te automediques, ya que muy pocos medicamentos pueden usarse sin riesgo para tu bebé y podrías causarle un daño.

Prepararse para el parto

Pasadas las 28 semanas de embarazo, es recomendable que asistas a cursos de psicoprofilaxis donde te ayudarán a entender y sobrellevar mejor el proceso del parto.

Como mamá primeriza es posible que tengas mil dudas y temores, esto es normal, pero recuerda resolverlos acudiendo a tu médico tratante o un profesional de la salud, para evitar información inadecuada que pueda afectar el buen desarrollo de tu embarazo.