El ser humano puede pasar varios días sin alimento, pero solo unos pocos días sin beber líquidos, incluso en climas fríos. El cuerpo humano, no tiene un almacén de agua corporal, así que la que se pierde debería ser repuesta para mantener el balance hídrico.
A continuación aclararemos algunas dudas:
Los bebés, niños, deportistas y adultos mayores, son más propensos a sufrir deshidratación y no siempre la sed es un buen indicador, es por ello que es importante planificar el consumo de líquidos a lo largo del día.
No, porque el agua no tiene calorías, pero sí podría interferir con el proceso de digestión, por ello es mejor tomar agua entre comidas y no con cada bocado. El agua al no tener calorías no genera bajar de peso, pero podría dar sensación de llenura y nos haría comer menos.
Si sumamos nuestro consumo calórico normal del día, con el aporte de azúcares que nos dan las gaseosas, así como el azúcar añadida de los jugos de frutas, obtendremos un incremento de peso que se acumularía en forma de grasa, dándonos mayor sensación de sed.
Estas contienen edulcorante y/o cafeína, que en exceso, estimularían la producción de insulina, lo que haría que tengamos más deseos de consumir azúcares.
Para un correcto funcionamiento de nuestro organismo, sobre todo en épocas de calor, debe existir un correcto equilibrio entre los líquidos corporales y la ingesta diaria, por ello se recomienda consumir agua u otro tipo de líquidos como infusiones, bebidas lácteas o agua de frutas sin azucares añadidos.
Los alimentos también aportan agua sobre todo las frutas y los vegetales (hasta un 90% de su peso, es agua), por lo que un consumo regular de líquido sumado al consumo de estos alimentos, podría cubrir las necesidades de hidratación básica del día.
Tomar agua durante el día en diferentes presentaciones no tiene horario, pero se recomienda sólo hasta cierta hora por la noche (dos horas antes de ir a la cama).
La leche caliente tiene triptófano un precursor de la serotonina, así que consumir ½ vaso de leche caliente te ayudará a dormir mejor y habrás consumido algo de líquido.
Depende de cada persona, situación fisiológica o condición física, pero se recomienda 1.5 a 2 litros al día. La forma más clara de saber si estamos bebiendo suficiente agua es mirando el color de nuestra orina; si es oscura y con olor fuerte, no estamos bebiendo lo necesario.
Las bebidas que contienen azúcares y electrolitos que bebemos después del ejercicio físico, gustan más por su agradable sabor, pero son aconsejables sólo cuando se han perdido electrolitos a través del excesivo sudor, ya que el agua pura podría aumentar mayor pérdida de líquidos a través de la orina, ocasionando agotamiento, calambres entre otros. En otras condiciones físicas en las que no haya pérdida de electrolitos, estas bebidas podrían incrementar calorías a nuestro organismo, por lo que se aconseja beber agua pura.
RECUERDE
Evitar hacer ejercicio en horas de mayor calor.