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Ginecología y obstetricia

La importancia de la visita ginecológica

Por: Dr. Claudia Sofia Namizato Ikemiyashiro
14 de Diciembre · 563 visitas
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Probablemente asistir a una consulta ginecológica es una experiencia a la que muchas mujeres temen y por ello, la posponen hasta que sienten algún tipo de dolencia física. Sin embargo, es recomendable establecer una rutina y visitar al especialista al menos una vez al año. Si bien la primera visita al ginecólogo puede realizarse a edad temprana, usualmente al presentarse algún problema con la menstruación; es obligatorio ir a consulta cuando se ha iniciado la vida sexual, ya que la paciente debe realizarse exámenes como el Papanicolaou, para la prevención del cáncer de cuello uterino. Para un control más completo, estos pueden complementarse con ecografías transvaginales o pélvicas, así como ecografías de mamas o mamografías, según la edad. Como todo acto médico, la evaluación de la paciente se inicia con una buena historia clínica. Para ello, el médico debe brindarle a la paciente toda la confianza posible para que pueda hablarle sobre sus molestias, síntomas o antecedentes, y ella debe ser sincera al responder estas consultas, ya que así el especialista podrá recomendar los estudios necesarios para el descarte de determinadas patologías. Si la paciente no se siente cómoda con su médico, entonces debe considerar otras opciones. La confianza es la base para establecer una buena relación con su ginecólogo, la cual idealmente conservará a lo largo de toda su vida.

En las mujeres gestantes, ellas deben iniciar sus controles a partir de la sexta semana desde la fecha de la última menstruación. Los controles serán mensuales hasta la semana 30, y luego quincenales hasta el último mes, cuando las visitas se vuelven semanales. Es importante que, en cada control, se examine a la embarazada para indagar sobre cuáles son sus principales molestias y se le mida la presión, así como el peso. Entre los principales exámenes que se realizará a medida que avance el embarazo tenemos: la ecografía genética, para evaluar si hay riesgo de alteraciones cromosómicas en el bebé y la ecografía morfológica, para descartar malformaciones mayores. A eso nos dedicamos en Clínica San Felipe, a generar una relación de confianza para poder brindar a nuestras pacientes la orientación más adecuada y disipar todas sus dudas en cada consulta y chequeo de rutina a los que asisten.

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